Ricla es un pueblo de contrastes. Las aguas del Jalón han originado unas ricas huertas que chocan con la estepa de sus montes y cortados. Este escenario ha dado como resultado la producción de frutas, hortalizas y aceites que destacan por su calidad.
La principal actividad económica del pueblo se basa en la agricultura, práctica a la que se dedican buena parte de los vecinos y que reúne a trabajadores de diferentes países durante los meses de verano.
Ricla dispone de más de 4.500 hectáreas de huerta tradicional, tierras de regadío y unas 2.000 hectáreas de secano, siendo productores muy importantes de melocotón, nectarina, albaricoque y fruta fresca de hueso, así como de ajos y cerezas.