En las proximidades del Barranco Santo encontramos una buena cantidad de bodegas de las que destacan las conocidas luminarias, chimeneas de respiración vertical de diversas formas y materiales que surgen sobre las laderas en que están excavadas las bodegas y constituyen interesantes ejemplos de arquitectura popular.
También próxima se encuentra la cueva de la Nevería, un pozo excavado en la roca y cubierto con una falsa cúpula usado antiguamente como nevero.
Otras construcciones que merece la pena señalar son los diversos peirones que se hallan en los alrededores: el de Santa María Magdalena, del siglo XV, o el robusto peirón de los Santicos, patronos de Ricla: San Silesio y San Teopompo. También del XVIII es el de San Pedro, que marca el espacio donde se encontraba la desaparecida ermita.
No hay que olvidar los interesantes yacimientos paleontológicos del Barranco de las Conchas, donde se halló la cabeza de un cocodrilo marino, conocido como el cocodrilo de Ricla. Todos los indicios apuntan a que fue en su término municipal el lugar donde estuvo levantada la céltica Nertóbriga.
En sus alrededores, podemos visitar la curiosa e interesante Cueva de la Sima de fácil acceso.